La crisis sanitaria que hoy vivimos nos llama a manifestar nuestra solidaridad la cual, aunque puede entenderse como valor, actitud, criterio de acción o principio de organización de la convivencia social, es más que eso. La solidaridad es un modo de vida basado en ideas, actitudes y acciones orientadas a beneficiar a otras personas sin la expectativa de un beneficio personal. Ésta se orienta a producir un cambio social que resulte en mayor equidad y justicia para todos. En tal sentido, los proyectos solidarios son aquellos que aspiran a mejorar la vida de las personas, es decir, buscan el bien común.
Vida frugal: vivir con menos
De manera paralela a lo recién expuesto, las personas con prácticas frugales son, por lo general, personas más altruistas y solidarias. Pero, ¿qué son o en qué consisten las prácticas frugales? La vida frugal se expresa mediante acciones vinculadas a un estilo voluntario de consumo reducido, esto es, se centra en evitar compras innecesarias (con su correspondiente desperdicio de recursos y consabido daño al medio ambiente). Manifestaciones de esta índole se constatan en todo el mundo a través de movimientos como los siguientes:
a) Buy Nothing Day (El día de no comprar nada), el cual se lleva a cabo todos los años en noviembre en Vancouver y otras ciudades del mundo como protesta al consumismo que se vive particularmente por esas fechas cercanas a las compras del Día de Acción de Gracias y de la Navidad.
b) The Big Switch Off (El gran apagón). En diciembre de 2006, un grupo de ambientalistas en Melbourne lanzó este movimiento que, como lo dice su nombre, propone no prender ningún aparato eléctrico, o bien, vivir un día sin hacer uso de la electricidad, dicho grupo denomina a esta acción como un “reto”, más que una simple propuesta.
c) TV Turn-Off Week (La semana de no ver la televisión). En abril, millones de personas apagan su televisión a modo de protesta contra los efectos negativos con los que se ha asociado el ver mucho la televisión: sedentarismo, obesidad, aislamiento, agresividad y consumismo.
d) World Car-Free Day (El día mundial sin autos), el cual se lleva a cabo el 22 de septiembre como una forma de desincentivar el uso del automóvil y probar otras formas de transporte menos contaminantes y destructivas del medio ambiente.
Estos movimientos y propuestas entran dentro de lo que se conoce como downshifting, o sea, vida frugal, o bien, vivir de una manera más sencilla a partir de la reducción del consumismo. Es de subrayar que al consumir menos reducimos nuestra huella de carbono, o sea, el impacto o la marca que dejamos en el planeta contabilizando los gases de efecto invernadero (GEI), emitidos de manera directa o indirecta.
La vida frugal parte de saber y entender que la lucha por el dinero, el “éxito” y los bienes materiales genera altísimos niveles de ansiedad, tensión y frustración. En cambio, un estilo de vida más pausado y consciente encaminado a la conexión con la naturaleza y los seres vivos resulta en una vida satisfactoria y gratificante.
Otros movimientos también retoman las raíces filosóficas de la frugalidad: enfatizan la búsqueda de una vida interior más rica y plena por encima del logro u obtención de posesiones y bienes materiales, como es el caso de la Simplificación Robusta (Strong Simplification) por medio de la cual las personas rechazan trabajos que ofrezcan altos ingresos y status socio-económico con el fin de tener una vida dedicada a la búsqueda de conquistas no-materiales y a la realización de acciones y valores como la empatía, la unión, la cooperación y la solidaridad.
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