13 junio, 2013

La éTICa y las redes sociales

El avance tecnológico que vivimos hoy en día nos ha traído la maravillosa oportunidad de poder publicar o compartir todo tipo de información, desde herramientas, enlaces, videos, fotos, música, etc., hasta nuestras propias experiencias, emociones, sentimientos, etc.
Sin embargo, ante esta posibilidad abierta y casi ilimitada de publicación, sería bueno preguntarnos qué publicar/compartir y para qué hacerlo.
Para un mejor uso de las redes sociales, yo me guío por estas tres reglas:
1. La calidad de aquello que se publica o se comparte, es decir, que aquello que compartamos realmente merezca ser compartido, que valga la pena; o sea, así como no es conveniente enunciar todo lo que se nos pasa por la cabeza, tampoco lo es publicar o compartir todo lo que nos ocurre en la vida.
2. La no maledicencia, esto es, que aquello que se publica o se comparte no dañe a nadie en lo absoluto, o lo que es lo mismo: que no lastime, que no hiera, que no humille, que no ataque, que no difame, que no haga sentir menos ni mal -ni aunque sea un poquito- a absolutamente nadie.
3. La beneficencia, ésta es mi regla de oro: o sea, que aquello que se publica o se comparte no sólo no haga daño, sino que haga un bien. Tal publicación debe tener -por lo menos- una de las siguientes características: inspira, motiva, informa, hace pensar y/o reflexionar, propicia cambios positivos, hace reír, es estética, es útil, en fin, una publicación que coadyuva en la construcción de un mundo mejor.

Ethics and Social Media

The technological advancements that we live with today have brought us the wonderful opportunity to publish or share all kinds of information, from tools, links, videos, photos, music and more, to our own experiences, emotions, feelings, etc.
However, in this open and almost limitless possibility of publication, it would be good to ask ourselves what to publish/share and what for.
For a better use of social media, I follow these three rules:
1. Quality of what is published or shared, meaning that what we share is really worth sharing. Just as it is not convenient to enunciate everything that goes through our head, it is not convenient to post/share everything that happens to us in life, either.
2. Non-maleficence, that is, that what is published or shared does not harm anyone at all, or, in other words, what does not hurt, humiliate, attack, defame, belittle or make somebody feel bad -not even a little-, not even a single person.
3. Beneficence, this is my golden rule: that is, what is published or shared not only doesn't harm, but, also, does good. Such publication must have, at least, one of the following characteristics: inspires, motivates, advises, makes us think/reflect, encourages positive changes, makes us laugh, is aesthetic, useful, in short, a publication that contributes to the building of a better world.

14 mayo, 2013

Luchando por aprender

La escuela secundaria de mi hijo menor abre sus puertas por las tardes a los adultos, es decir, por las mañanas atiende a una población que oscila entre los 12 y los 15 años, y por las tardes a todas las personas mayores a esa edad.
En una junta de padres de familia, el director del turno vespertino invitó a continuar sus estudios a quienes, por alguna razón, no los hubieran concluido -o empezado-, o sea, nos hizo saber que la secundaria para adultos tiene alumnos desde los 15 hasta los 65 años de edad, ¡65 años!, me quedé admirada, pero, sobre todo, conmovida, una persona que va a la escuela a los 65 años para terminar la secundaria hace que me conmueva hasta las lágrimas.
Y tal vez me conmueve tanto porque me hace recordar a una de mis más queridas maestras, quien me marcó con su ejemplo de vida y que aquí comparto:
Azucena, mi maestra, fue una de esas mujeres a la que su padre no le permitió estudiar, sólo terminó la primaria.
Se casó, como se esperaba, y tuvo dos hijas. Cuando sus hijas crecieron, ella estudió en una secundaria para adultos y obtuvo su certificado.
Le encantaba aprender y siguió estudiando. Terminó la preparatoria. Ingresó a la universidad. Se tituló. Continuó con la maestría. Y, finalmente, concluyó con el doctorado.
Cuando yo la conocí, en la UNAM, ya era doctora, pero no cualquier doctora; ella era diferente -muy diferente-, era una persona feliz, satisfecha, que desbordaba pasión por la vida; era una guerrera que me cautivó con sus palabras y me enseñó lo que muy raramente se enseña: a luchar, a luchar siempre.

Fighting to learn

The middle school of my youngest son opens in the evenings to adults, that is, in the mornings it serves a population ranging between 12 and 15 years old, and in the afternoons, it serves people over that age.
At a recent parents meeting, the principal invited everyone to continue, finish, or begin their studies if, for some reason, they had not completed their education, that is, he let us know that the adult middle school has students from 15 to 65 years old, 65 years!, I was amazed, but, above all, moved, as a person who goes to school at 65 moves me to tears.
And maybe it moves me so much because it reminds me of one of my dearest teachers who influenced me with her example of life which I share here:
Azucena, my teacher, was one of those women whose father didn´t allow her to study. She finished only primary school.
She got married, as expected, and had two daughters. When her children grew up, she studied at an adult middle school and obtained her certificate.
She loved learning and continued studying. She finished high school. She entered into the University. She graduated. She continued with a masters. And finally earned a doctorate.
When I met her, at UNAM, she already was a PhD, but not just any PhD. She was different -very different. She was a happy person, satisfied, with an overflowing passion for life; she was a warrior who captivated me with her words and taught me with her actions and example something very rare these days: to fight, to always fight.

17 febrero, 2013

Narración de cuento digital: La oveja negra

Ya sea como maestros o como alumnos, en clase todos tenemos una historia la cual se manifiesta por medio de nuestro nombre, nacionalidad, género, religión, color de piel, forma de vestir, etc. Muchas veces dejamos que esa historia se torne en un prejuicio, es decir, un juicio o una opinión formada de antemano, lo que puede resultar en un juicio inexacto o incorrecto.
Para el proyecto de narración de cuento digital del #etmooc, me decidí a trabajar en una historia que ejemplificara esta situación.




Digital Storytelling: The Black Sheep

Whether we be teachers or students, in class each of us creates a story which comes from a personal preconception about somebody's name, nationality, gender, religion, skin color, style of dress, etc. Many times we let our stories become a prejudice, that is, a judgment or opinion formed beforehand, which results in inaccurate or incorrect judgment. 
For the #etmooc digital storytelling project, I decided to work on a story that exemplifies this situation.